Los smartphones del futuro

Los smartphones del futuro - Blog de LCRcom

En 1983 llegaba al mercado el primer teléfono móvil, era el Motorola DynaTAC con un peso  que superaba los ochocientos gramos y una batería con una autonomía de 8 horas en espera y una hora en conversación. Su precio en aquella época era de aproximadamente cuatro mil dólares. Se abría una época de móviles que iban acompañados de grandes maletines y teléfonos conocidos como «ladrillos» que no eran capaces de identificar llamadas entrantes y se usaban del mismo modo que los dispositivos fijos.

En la década de los noventa, comenzaban a aparecer los primeros teléfonos móviles que permitían mandar mensajes y conocimos aquel juego en el que tantas horas hemos invertido: el famoso Snake de Nokia. Marcas como Alcatel, Motorola, Nokia, Philips, Toshiba, Ericsson, Sagem, Sanyo o Panasonic se subieron al carro de la telefonía y lanzaron al mercado sus propios dispositivos. Poco a poco los móviles fueron incorporando aplicaciones como la calculadora, reproductor de música, radio, tecnología de infrarojos e, incluso cámaras. ¡Sí, existían las cámaras en los móviles antes de la llegada de los smartphones!

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En 2007, Apple volvió a revolucionar la industria tecnológica con el lanzamiento de su primer iPhone, el primer smartphone tal y cómo los conocemos actualmente. Era multitáctil con una pantalla capacitativa que ha revolucionado la industria. Su diseño, delgado y redondeado fue algo que hasta la fecha no se había visto. Con los años a Apple le salieron competidores que han seguido la estela del iPhone y, actualmente, encontramos infinidad de smartphones en el mercado que mucho tienen que ver unos con otros.

Pero, ¿cuál es el futuro de los móviles inteligentes?

  • Materiales: el futuro inmediato de los smartphones pasará por el grafeno, uno de los materiales más resistentes del mundo y que además ofrecen una gran flexibilidad. Pero no solo se utilizará para el chasis y las pantallas de nuestros dispositivos, sino que también para la fabricación de baterías puesto que el grafeno permite una carga más rápida y mayor concentración de energía por kilogramo.
  • Pantallas: como hemos dicho, la utilización del grafeno permitirá que las pantallas sean flexibles con una tendencia a pantallas cada vez más grandes y con resoluciones más altas. Sin embargo, el plato fuerte serán las pantallas holográficas que reconocen desde donde mira el usuario y muestran la imagen en función de cómo se muevan sus ojos.
  • Sensores 3D: este tecnología dotaría a los móviles de varias cámaras con las que el usuario podría analizar y entender el entorno y podrían ser el futuro de la realidad aumentada en los móviles. Los sensores 3D permitirían interactuar con nuestros dispositivos sin necesidad de tocarlos, puesto que son capaces de captar el movimiento de las manos. E, incluso, imágenes en 3D que salen de las pantallas. ¡De película!

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  • Baterías: uno de los aspectos más precarios de los móviles actuales es, sin duda, la duración de las baterías que muchas veces no llegan ni aún día, algo que se va reduciendo con su uso. Actualmente, todos los fabricantes de telefonía móvil se encuentran a la carrera de encontrar materiales para fabricar baterías más duraderas. Investigadores de diversas universidades están haciendo avances con las baterías de iones de aluminio, baterías de materiales como el Klevar o el grafeno.
  • Nuevas formas de autenticación: Códigos PIN, contraseñas, patrones de desbloqueo o sensores de huellas abajo serán cosa del pasado en unos años. Y es que ya hay investigaciones en torno al reconocimiento del iris por parte de los smartphones: tecnologías no invasivas con las que la cámara del móvil sea capaz de identificar el ojo de cada persona.
  • Conectividad: La conexión 5G permitirá intercambiar datos a una velocidad de hasta 1 GB por segundo con una distancia de hasta dos kilómetros.

Si hablamos del futuro de los smartphones a muy largo plazo, muchos expertos señalan que la tecnología estará comunicada y todos los aparatos serán inteligentes, desde los móviles hasta los relojes, pasando por coches o incluso casas. El futuro está en el llamado Internet de las cosas.